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EEUU aprobó el trigo transgénico tolerante a la sequía que desarrolló una empresa rosarina

Otro gran día para la ciencia argentina. La FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) aprobó el trigo transgénico HB4 y Bioceres -la compañía rosarina que desarrolló la tecnología de manera conjunta con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de la Universidad Nacional del Litoral – salió a celebrar la resolución luego de las aprobaciones que ya dieran Brasil, Colombia, Australia y Nueva Zelanda.

“La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos concluyó favorablemente la evaluación del trigo HB4, luego de cuatro años de haber iniciado el trámite en carácter voluntario”, señaló la empresa en su cuenta de Twitter, en lo que consideró “otro gran día para la ciencia argentina”, luego de las aprobaciones que ya dieran Brasil, Colombia, Australia y Nueva Zelandia.

Bioceres indicó que “para lograr obtener una evaluación regulatoria, nutricional, de impacto ambiental, calidad y de seguridad integral que permita el uso en los mercados de alimentos, fue necesaria una extensa y rigurosa serie de presentaciones con múltiples requisitos legales y reglamentarios”.

El trigo HB4 es un desarrollo 100% argentino, producto de la colaboración público-privada de más de 18 años entre la compañía rosarina Bioceres y el grupo de investigación del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (Conicet-UNL).

Aprobaciones globales

Asimismo, explicó que junto a la FDA trabajan en Estados Unidos la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y el Departamento de Agricultura (Usda) “para garantizar que los Organismos Genéticamente Modificados (GMO), como el trigo HB4, sean seguros para la salud humana, vegetal y animal”.

“Es la primera vez que la FDA concluye favorablemente la evaluación de un desarrollo argentino de este tipo y se suma así a la autorización del trigo HB4 en Argentina, la aprobación en Brasil y Colombia y la emitida el mes pasado por la FSANZ (Agencia de Alimentación de Australia y Nueva Zelandia)”, resaltó la compañía.

La historia del cultivo

El Ministerio de Agricultura aprobó el 7 de octubre de 2020 el uso de tecnología HB4 para el cultivo de trigo transgénico con tolerancia a la sequía. La tecnología fue desarrollada por un grupo de biólogos moleculares e investigadores argentinos, liderados/as por la directora del Instituto de Agrobiotecnología de la Universidad Nacional del Litoral, Raquel Chan y al Conicet, en alianza con Bioceres.

Si bien en un principio la innovación fue recibida con reservas dentro del ámbito agrícola, su aprobación internacional disipó todas las dudas al respecto.

El 11 de noviembre de 2021 consiguió la aprobación de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad de Brasil (Ctnbio) y el 6 de mayo de este año hicieron lo propio las autoridades australianas y neozelandesas. Seis días después, el Ministerio de Agricultura, aprobó la comercialización y siembra en el país de la variedad transgénica HB4.

Tras una reunión del gabinete nacional, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, destacó el 19 de mayo el impacto que podría generar la aprobación de esta variante de trigo transgénico, tanto en el aumento de la productividad en zonas de mayor estrés hídrico como en “la consolidación de las reservas” del Banco Central, por su aporte al ingreso de divisas.

El mismo día, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, puso de relieve el “aporte muy importante” que realizó la Argentina “a través de su sistema científico-tecnológico”, en un contexto marcado por el alza del precio y la escasez del trigo a escala mundial.

La tecnología

La tecnología HB4 se desarrolló a partir de un descubrimiento realizado por profesionales de la Universidad Nacional del Litoral y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) liderados por la doctora Raquel Chan. En las etapas tempranas de este proyecto, Bioceres, obtuvo la licencia para desarrollar la tecnología en especies de interés agronómico, iniciar estudios a campo y realizar todos los procesos necesarios para que los distintos cultivos modificados alcancen el mercado.

Esta tecnología, la única de este tipo a nivel mundial para el cultivo de soja, brindará la posibilidad estabilizar los rendimientos en áreas que experimentan problemas recurrentes de estrés hídrico, al mejorar hasta en un 20% los resultados, con respecto a las variedades de soja tradicionales, según ensayos realizados en 9 campañas y en más de 50 ambientes.

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