El trabajo fue encargado con la intención de dar una nueva imagen exterior a la Casa de la Historia y la Cultura del Bicentenario de Venado Tuerto. Tratándose de lo que se denomina en el actual lenguaje de las artes visuales una «Intervención», entre ésta y un mural existen diferencias conceptuales que creo conveniente enunciar.
Mientras que el mural opera sobre una superficie bidimensional mediante la representación de un tema elegido, generalmente de carácter descriptivo o narrativo, la intervención, como acción artística diferenciada, es la que modifica y transforma alguna o varias de las propiedades de un espacio otorgándole nuevos y diferentes significados, sin la intención de perdurabilidad, sino con un carácter transitorio y efímero.
La Casa de la Cultura, como elemento arquitectónico, es un volumen único y aislado en un entorno natural, en cuya habitabilidad se desarrollan (entre otros) talleres y eventos relacionados con el arte y la cultura. La intención del trabajo es resaltar estas cualidades, tanto arquitectónicas como el valor de las actividades que allí se realizan, transformando el edificio en un objeto de arte en sí mismo, utilizando el color como elemento estético adicional e integrador. El edificio es tomado como una gran tela en la cual operan los colores.
Con la ayuda del recurso de la perspectiva, la «caja» original y única del edificio se transforma en una multiplicidad de cajas o cubos ilusorios integrados al volumen primitivo, fundiéndose las fronteras entre ambas disciplinas: arquitectura y pintura al mismo tiempo, y que se puede leer como una totalidad. Esperando que el objetivo se haya cumplido, vaya mi especial agradecimiento a las autoridades municipales por la confianza depositada para la realización del proyecto.
