La exboxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras falleció a los 47 años, luego de permanecer dos semanas en estado crítico tras sufrir un accidente cerebrovascular isquémico en Santa Fe. El pasado 14 de julio, la deportista fue internada en el Hospital José María Cullen, donde su condición, aunque estable en parámetros generales, se mantuvo con un pronóstico reservado hasta el último día.
Durante esos catorce días de angustia, los fanáticos de Oliveras volcó su homenaje a través de redes sociales, compartiendo fragmentos de su vida: momentos de gloria, polémica y, sobre todo, profundas reflexiones en torno al valor de la existencia. Entre ellas, quedó grabada su contundente visión sobre la insignificancia de los problemas cotidianos cuando la vida se enfrenta a su límite:
“Si te estás por morir en diez minutos, ¿en qué pensarías? En respirar, en comer, en abrazar, en el sol… No en si alguien te odia o en deudas pendientes. En el cajón no va la plata, ni siquiera la ropa que te pondrán. Si decís que estás mal… ¡estás loco! ¡Estás vivo! ¿Hay algo más valioso que eso?”
Este mensaje, pronunciado en una entrevista con Alejandro Fantino para ESPN, se transformó en mantra para quienes buscaban dar un nuevo sentido a sus días. “Nos vamos a morir todos. No sabemos cuánto tiempo nos queda, pero yo nunca estoy triste; me levanto con ganas de vivir. No me amargo por pelotudeces”, afirmaba con su característico descaro, recordándonos que la grandeza está muchas veces en la sencillez de saborear cada instante.
Más allá del ring, Oliveras fue una ferviente defensora de la igualdad de género en el deporte. Tras consagrarse campeona mundial, no dudó en alzar la voz contra quienes subestimaban la capacidad de las mujeres:
“¿Cómo va a decir que nuestro cerebro es más chico? Tengo testimonios de médicos que confirman: si una mujer entrena, puede igualar el rendimiento de cualquier hombre. Queremos justicia: ustedes ponen las reglas y nosotros ponemos la cara. ¡Basta de estafas! Dennos la igualdad que nos corresponde.”
Estas palabras, dirigidas al presidente del Consejo Mundial de Boxeo, ilustran la tenacidad de una atleta dispuesta a “morir en el ring” por sus convicciones. Su lucha trascendió la disciplina y se volvió símbolo de empoderamiento para numerosas deportistas.
En sus redes, la “Locomotora” compartía además divertidos videos motivacionales, donde, con humor y autenticidad, impulsaba a sus seguidores a encontrar “la mejor versión” de sí mismos. Fue ese espíritu indomable el que contagió a una comunidad que hoy llora su partida, pero también celebra el ejemplo de resiliencia que dejó atrás.
El adiós de Alejandra Oliveras duele, pero su enseñanza perdura: vivir con plenitud, sin renunciar a los propios sueños, y enfrentar los miedos sabiendo que el tiempo es el recurso más valioso. Que su recuerdo sea un llamado a la acción: luchar, avanzar y agradecer el simple hecho de estar vivos. Porque, como ella misma decía, “la vida es un regalo” y cada día merece ser aprovechado al máximo.
@pikicosta mensajito del domingo, anota lo del final 😄 #locomotoraoliveras #locomotora
