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Villa Cañás: Quién quiera oír, que escuche

Villa Cañás: Quién quiera oír, que escuche

Editorial de Rogelio A. González

Días atrás sorprendidamente oímos decir al intendente, palabras más, palabras menos, que él no escuchaba lo que los vecinos reclaman mediante las redes sociales.

La situación se dio muy fuera de contexto ante un público de oyentes que no tenían nada que ver, con el comportamiento de algunos beneficiarios de la compra de terrenos municipales. El mandatario visiblemente molesto, manifestó la situación en épocas de pandemia, con morosos de hasta 20 cuotas adeudadas del Programa «Mi primer terreno».

En ese momento, era entendible que el Estado acompañara la situación cuando la ciudad quedó literalmente bloqueada para salir o entrar con normalidad. Pero en esta ocasión se usó esa excusa, para recalcar que no se escucha a los vecinos que escriben sus comentarios por las redes sociales, porque solo «publican críticas y pareciera que el municipio no hace nada, pero si ha hecho y mucho», textuales palabras del intendente.

¿Cuál es el mensaje de fondo? «Armaron un grupo de WhatsApp y exigían, exigían y exigían», protestó Gizzi ante los 33 nuevos adjudicatarios de terrenos en la ex quinta Sfasciotti.

Si las condiciones son adversas, es una obligación de las autoridades municipales, provinciales o nacionales, buscar las soluciones que su gente necesita. Si luego van a quejarse por hacer lo que deben hacer, y no tienen ganas de una dedicación altruista, eso lo deben considerar antes de ser candidatos a sus cargos. Porque luego las excusas sobran, pero las soluciones no abundan y es ahí cuando el pueblo exige, exige y exige.

Las redes sociales pueden tener varias funciones: algunos las usan para relacionarse, otros las tienen como diversión, pero para muchos también es un canal de expresión; de desahogo ante la impotencia, del que nadie «me escucha», o «estoy cansado/a de reclamar y nadie hace nada». Cuando una sociedad exige, exige y exige es porque antes fue muy tolerante y permisiva, y la política, no solo le tomó la mano, sino también el codo, como se suele decir.

Es a través de nuestras redes sociales, donde muchas veces y cada vez con más frecuencia nuestros seguidores acuden mediante un mensaje privado o no, para pedirnos corte de pasto, cambio de lámparas quemadas, o limpieza de calles, entre otros reclamos. Pero el común denominador es ese, reclaman lo justo por la prestación de un servicio que no reciben, como ha dicho una vecina: «¿para qué voy a pagar el impuesto municipal si después tengo la basura 10 días en la vereda y el pasto sin cortar?»

Nosotros solo somos comunicadores, de un lado y del otro del mostrador. Es la función social que nos esforzamos día a día por cumplir lo mejor posible. No todos saben reconocer el trabajo periodístico, está demás decirlo, pero muchas veces se ven los desplantes políticos hacia los medios de comunicación. Quizás la razón es porque no solo oímos, también escuchamos; no solo vemos, también miramos; y no solo hablamos, también decimos. Hay licenciados en comunicación que detestan las redes sociales porque eligen no aprender y se sitúan en la comodidad de la ignorancia.

Toda la dirigencia debería bajar un poco del atril discursivo, y volver al llano; escuchando, mirando y diciendo, «vecino estoy acá para ayudarte». Esta pequeña práctica, podría mejorar un poco las cosas, ¿no?

Quién quiera oír, que escuche. Hasta la próxima.

Nobleza obliga, todos los mensajes que recibimos, los cursamos a sus respectivas áreas, si son municipales o provinciales, dado al excelente dialogo y comunicación que tenemos con ejecutivos municipales, presidentes comunales, diputados nacionales o provinciales; o autoridades provinciales.

PD: ¿Otro homenaje a Mirtha Legrand? ¿En serio? Basta por favor, ¿si?

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