Más allá de la solemnidad, la puesta en escena pugilista de Maximiliano Pullaro ante la Asamblea Legislativa, presentó un cúmulo de cifras e iniciativas para mostrar un gobierno eficiente y en control. No obstante, la solidez estadística y el despliegue de obras no suplen un déficit de legitimidad: ¿pueden las estadísticas sustituir la confianza ciudadana? Con la reforma constitucional “sin privilegios” en el horizonte, surgen dudas sobre si se busca ampliar la participación o blindar el poder. La verdadera medida del éxito será la capacidad de convertir datos en diálogo, transparencia y rendición de cuentas, si es que no quieren terminar entre las cuerdas.
Seguridad: Logros, cifras y sombras
Pullaro exhibió una batería de indicadores para sustentar su política de “control territorial” y combate al crimen organizado. Entre los puntos más destacados:
Homicidios: tasa de 4,83 por 100.000 habitantes en 2024 (mínimo desde 2000) y un descenso del 11 % en lo que va de 2025.
Heridos por arma de fuego: cayó un 38,9 %.
Delitos predatorios en Rosario y Santa Fe: reducidos en torno al 30 %.
Patrullaje: de 20 a 280 vehículos diurnos en Rosario; tiempo de respuesta al 911 de 17 a 6 minutos.
Narcomenudeo: 57 “búnkers” desmantelados tras la ley de microtráfico.
Estos indicadores, por contundentes, invitan a un saludable escepticismo: ¿reflejan una mejora estructural de la seguridad ciudadana o responden, en gran medida, a una mayor visibilidad y énfasis en operativos policiales? El fortalecimiento del patrullaje y la rapidez en la atención del 911 son avances indudables, pero no abordan las causas profundas de la violencia urbana —como la marginalidad y la desprotección social— ni garantizan cambios sostenidos si no van acompañados de políticas de inclusión y reinserción.
Austeridad, ahorro e inversión: Eficiencia bajo debate
El gobernador defendió la austeridad administrativa como palanca de inversiones:
1.740 proyectos en ejecución, entre puentes, autopistas, redes de gas y hospitales.
Educación: 458 nuevas aulas, trámites de FANI reducidos de 10 a 2 meses, y 5.990 intervenciones escolares.
Salud: 129 obras en efectores, compra de fármacos con ahorro de hasta 80 % y 174 ambulancias nuevas.
Infraestructura de seguridad: estación policial, edificio para el 911 y “El Infierno”, con una partida de $ 365.000 millones.
La contraposición entre “ajuste” y “eficiencia” es un clásico en la retórica contemporánea, y aunque la “inversión pública” suene atractiva, falta un análisis de cómo la contención del gasto corriente impacta en la calidad de los servicios y en la estabilidad laboral de docentes, médicos y personal de seguridad. ¿Qué percepción tienen los usuarios de escuelas y hospitales ante la supuesta “austeridad eficiente”? La eficacia técnica, por sí sola, no garantiza percepción de bienestar ni legitimidad social.
Reforma constitucional: Senda de cambio o autoprotección
Pullaro presentó la creación de una convención constituyente para julio, con ejes de límite a fueros, elección de jueces y modernización institucional. La revisión de 63 años sin reforma parece inaplazable, pero su carácter será definitorio: ¿permitirá un debate amplio, participativo y transparente, o se convertirá en un mero trámite político?
Oposición en alerta y llamado urgente al diálogo
Desde el Bloque Más para Santa Fe, el convencional Juan Monteverde lanzó una crítica de fondo al discurso de Pullaro, al que acusó de desaprovechar “una oportunidad histórica” para renovar la relación entre Gobierno, oposición y ciudadanía. “Hoy participé como convencional electo en la apertura de sesiones y en lugar de un nuevo tiempo político encontré al mismo gobernador que, a mi juicio, ya no escucha ni a la gente ni a la oposición”, señaló Monteverde, subrayando la paradoja de un mandatario que pasó de contar con un respaldo electoral de un millón de votos a sumar menos de 500.000 en su última elección.
En un tono que combinó autocrítica y desafío institucional, Monteverde advirtió que la reforma de la Constitución provincial avanza hacia “un mero trámite de políticos para resolver problemas de la política, o peor aún, hacia una Constitución del oficialismo para el oficialismo”. Para desmontar esa dinámica, anunció que todos los legisladores de su bloque renunciarán de inmediato a sus fueros, pidiendo a sus colegas de otras bancadas que hagan lo mismo sin esperar a la entrada en vigencia de las nuevas normas. “No se trata de una puja por privilegios: queremos demostrar con hechos que el debate debe centrarse en las verdaderas necesidades de la gente”, explicó.
Además, el convencional reclamó la apertura de instancias de participación ciudadana, con foros y consultas populares que involucren a organizaciones sociales, sindicatos y sectores productivos. “Si la reforma constitucional busca legitimar un nuevo contrato social, debe construirse con la voz de quienes viven el día a día en cada barrio y cada pueblo de Santa Fe, no sólo en despachos del poder”, concluyó Monteverde, ratificando la urgencia de transformar el proceso en un ejercicio de democracia participativa.
Conclusión
El discurso de Maximiliano Pullaro estuvo cargado de datos e iniciativas para subrayar un gobierno eficiente, ordenado y en control, exhibiendo avances en seguridad, obra pública y modernización institucional. Sin embargo, la mera solidez estadística y el despliegue de obras no garantizan por sí solos la confianza ciudadana ni la adhesión política. La propuesta de reforma constitucional, presentada bajo el lema “sin privilegios”, abre interrogantes sobre si busca una auténtica ampliación democrática o, por el contrario, un blindaje del poder. En última instancia, la fortaleza de cualquier proyecto político en Santa Fe dependerá tanto de cifras y leyes como de la capacidad de traducirlas en participación real, diálogo constante, transparencia y rendición de cuentas. Sin estos mecanismos de escucha activa —hacia la sociedad y la oposición—, el relato de “transformación” corre el riesgo de quedarse en un ejercicio técnico desprovisto de arraigo social y legitimidad democrática.
