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Ni gripecita ni el apocalipsis: «No hay que relajarse, pero tampoco entrar en pánico»

El neumonólogo Octavio Fernández, que trabaja en la salud pública y privada rosarina, cuenta su experiencia con los internados y explicá por qué se trata de un «virus traicionero».

Octavio Fernández, neumológo, hace una pausa en su intensa agenda diaria para hablar con La Capital. El especialista atiende a pacientes con Covid-19 desde hace cinco meses. Muchos ellos debieron ser internados en sala general y otros en cuidados críticos. Como tantos profesionales de la ciudad, Fernández vive de cerca las particularidades de esta enfermedad y sobre todo, asiste, escucha y contiene a quienes la transitan. «Ya en el momento del diagnóstico la persona se asusta. Mucho más cuando hay que indicarle que se interne. Incluso, tengo pacientes que después de recuperarse siguen con miedo», comenta. Ante este escenario el especialista considera que hay que llevar tranquilidad a la población sin perder de vista que se trata de un momento crítico y que es una patología «nueva» (aunque hay conocimiento de otros coronavirus). Para el médico la gente debe ante todo cumplir con el distanciamiento, el uso de barbijo y el lavado de manos frecuente; estar atentos a las señales de alarma que pueden complicar el cuadro y saber que los equipos de salud están dedicados full time para atenderlos; que la mayoría de los diagnosticados tendrá una buena evolución y que los casos graves hoy pueden abordarse de la mejor manera posible, aunque obviamente algunos tengan un desenlace fatal, lo que puede suceder con otras virosis. «No hay que relajarse como si nada ocurriera pero tampoco entrar en pánico», agrega.

Fernández trabaja en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria y en el Sanatorio Parque. «De acuerdo a lo que venimos viendo en el mundo y que también se está replicando en Rosario y zona, sabemos que el 20% de los que reciben un positivo deberá internarse, y a su vez, un tercio de ellos necesitará ir a terapia intensiva con asistencia respiratoria», explica. La complicación típica del Covid-19 es la neumonía, «que es una manifestación de cierta jerarquía y que puede evolucionar a etapas más severas y que la persona necesite ir a cuidados críticos», detalla. Un dato que no pasa por alto es que los pacientes con Covid-19 no están llegando tarde al servicio de salud porque hay un alerta importante en la población en relación a este tema, cosa que no ocurre con otras patologías que al médico le preocupan de manera particular: «Justamente por el miedo que se genera a un posible contagio se desatienden otras situaciones de la salud que merecen ser atendidas. No se puede dejar de prestarles atención. Pido a los pacientes que no abandonen sus controles».

Decisiones y evolución

El Covid-19 es una enfermedad para la que no existe un tratamiento específico, por lo tanto, los equipos de salud intentan paliar el daño que la misma produce, con diversas herramientas. Como la neumonía es la complicación clásica, ante un paciente con fiebre y dificultad respiratoria se toman en principio las medidas usuales para intentar estabilizarlo y sacarlo finalmente de ese cuadro. «Casi todos los que hacen una neumonía por Covid tienen fiebre y falta de aire, aunque algunos la cursan sin estado febril», aclara. En ese sentido, dice, «es un virus un tanto traicionero porque las manifestaciones respiratorias pueden presentarse en un etapa avanzada, esto significa que una persona puede estar sin señales respiratorias importantes y estar a su vez con una baja saturación de oxígeno, es una de las cuestiones poco convencionales de este virus. Aún no está claro por qué pasa esto, dijo. «Si hay neumonía y el estado general no es severo se interna a la persona en sala común, se le dan antibióticos vía endovenosa porque la sobreinfección con bacterias es algo usual y se lo controla exhaustivamente. Si el estado empeora con el correr de las horas o los días se lo pasa a una unidad de cuidados críticos», dice el médico.

Fernández menciona que los pacientes que suelen empeorar son los adultos mayores y aquellos más jóvenes pero con enfermedades previas (comorbilidades). De acuerdo a lo que observó hasta el momento (que no difiere de lo que pasa a nivel mundial) quienes tienen diabetes, hipertensión, problemas respiratorios de base y obesidad son los que suelen presentar un peor pronóstico. «De todos modos tener alguna de estas enfermedades no es una condena. No es lo mismo un diabético o un hipertenso controlado, que cumple con la dieta y su medicación, que alguien que tiene su patología crónica descontrolada».

La posibilidad de que alguien sin comorbilidades tenga un cuadro severo o incluso muera por Covid-19 existe, pero son casos excepcionales, destaca el profesional. La letalidad en la Argentina ronda actualmente el 2% y en Santa Fe por ahora se mantiene en el 1%. Otras enfermedades de la familia de los coronavirus, como son el Mers o el Sars han tenido tasas de letalidad mucho más altas, aunque niveles más bajos de contagiosidad. «Es cierto que el Sars-Cov-2 (que provoca el Covid-19) es sumamente contagioso», comenta Fernández.

Temores

El neumonólogo dice que cuando una persona recibe la confirmación de que tiene Covid-19 se asusta, aunque no tenga ni siquiera síntomas y que si debe ir a una internación el temor es muy grande. En este punto se detiene para pedir que la población no entre en pánico y confíe en el sistema de salud que hará todo lo posible por cuidarlo.»No es fácil porque hay una sobrecarga de información enorme y no hemos vivido una pandemia de estas características en la que todo el mundo y al mismo tiempo esta hablando de una misma enfermedad, pero es necesario tranquilizar a la gente: el pavor no es positivo», reflexiona. «A los médicos, a quienes comunican, a las autoridades, nos toca llevar un mensaje claro en relación a los cuidados pero también debemos tranquilizar», enfatiza. No son pocos los pacientes que creen que si necesitan atención en terapia o son colocados en un respirador tendrán una final fatal. «Hay personas que han salido de esas situaciones. Desde ya que necesitar asistencia respiratoria mecánica habla de una situación crítica, pero no todos se mueren».

De cerca

Una de las cuestiones que están viendo los profesionales es la necesidad de seguimiento de quienes tuvieron Covid-19 para ver qué secuelas puede dejar la patología a nivel de los pulmones o de otros órganos, aunque el aparato respiratorio es el más afectado. En el sector privado ya hay entidades que crearon una unidad de seguimiento de pacientes Covid, algo que podría hacerse también en la parte pública, ya que es muy importante evaluar a los enfermos pos internación, comenta el médico. Sobre el momento que la ciudad está atravesando en cuanto a una enorme cantidad de contagios, destaca: «Es cierto que no hay mucha rotación de camas porque las internaciones de estos pacientes son largas, de más de dos o tres semanas, aún cuando no estén graves. Y si siguen subiendo los contagios estrepitosamente puede haber un colapso del sistema. Yo diría que hay que cuidar sobre todo a los vulnerables y mientras tanto encontrar un equilibrio entre no aflojar con las medidas de prevención y bajar los niveles de preocupación y ansiedad».

Fuente: Diario La Capital

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