La diputada provincial Fernanda Castellani presentó un proyecto de comunicación en la Cámara de Diputados que propone la implementación experimental de una tecnología desarrollada por el CONICET para disminuir la presencia de arsénico y nitratos en el agua de consumo. La iniciativa busca ofrecer una respuesta concreta a una problemática histórica que afecta especialmente al sur de Santa Fe, una de las zonas más vulnerables del país según los últimos relevamientos del ITBA.
El proyecto solicita al Poder Ejecutivo que impulse, en localidades críticas, una prueba piloto basada en el uso de carbón vegetal tratado química y térmicamente, un material que, de acuerdo con estudios experimentales, permite reducir más del 50% de estos contaminantes. La propuesta incluye monitoreo técnico, seguimiento de resultados y evaluación para una eventual ampliación a nivel provincial.

Una problemática de impacto sanitario
En su fundamentación, Castellani subraya que la presencia de arsénico en el agua potable continúa siendo un desafío de salud pública en amplias regiones del país. El ITBA informó que alrededor de 4 millones de personas podrían estar expuestas a niveles elevados de arsénico, un elemento que, en su forma inorgánica, es altamente tóxico y puede provocar efectos adversos graves, incluidos cáncer y enfermedades crónicas.
En el sur santafesino, los niveles detectados —en muchos casos iguales o superiores a 50 partes por billón— colocan a la región entre las más comprometidas. A ello se suman los nitratos, contaminantes frecuentes en aguas subterráneas y superficiales, especialmente en zonas rurales.

Altos niveles de arsénico en el sur santafesino. (ITBA)
La innovación del CONICET
El avance proviene de un equipo del CONICET, del CETMIC (Centro de Tecnología de Recursos Minerales y Cerámica — CONICET-UNLP-CICPBA), que acaba de publicar en la revista científica Waste and Biomass Valorization un trabajo que describe un método simple, económico y escalable para remover arsénico y nitratos del agua mediante carbón vegetal tratado químicamente y térmicamente.
La técnica comienza con la transformación de biomasa —como cáscaras de semillas o restos de poda— en carbón vegetal mediante un pequeño reactor casero, diseñado por los propios investigadores. Ese carbón es luego sometido a un tratamiento con ácido nítrico y calentamiento a 800° C para modificar su superficie química. Ese reordenamiento atómico crea “puntos de anclaje”, estructuras capaces de retener contaminantes aniónicos —como los iones de arsénico o nitrato— a través de adsorción.
Los ensayos —aunque aún en escala de laboratorio— arrojaron reducciones de concentraciones de nitratos de hasta un 55 %. Valores similares se observan en la remoción de arsénico.

Carbón vegetal tratado químicamente y térmicamente.
Potencial social, ambiental e industrial
Según los científicos, la clave de la innovación radica en su bajo costo, su simplicidad operativa y su potencial de producción a partir de residuos vegetales habituales. Esto no solo representa una respuesta técnica a la contaminación del agua, sino también una propuesta de economía circular: transformar biomasa desechada en un insumo útil para filtros de agua.
Por ese motivo, la propuesta de Castellani —que retoma esta tecnología en clave de política pública— adquiere relevancia no sólo en relación con la provisión de agua potable, sino también en la valorización de residuos, la sustentabilidad y la equidad en el acceso a servicios esenciales.

Diputada provincial Fernanda Castellani impulsora de la iniciativa.
Hacia una política pública provincial
Castellani sostiene que la implementación de esta prueba piloto permitiría evaluar la factibilidad de extender la tecnología a otras zonas afectadas de la provincia. De obtener resultados positivos, el proyecto podría convertirse en una política pública de gran impacto sanitario y ambiental, con capacidad de replicarse también en otras provincias.
La diputada remarcó la urgencia de avanzar en soluciones innovadoras y sustentables para garantizar el acceso a agua segura, especialmente en sectores donde la contaminación por arsénico y nitratos continúa limitando el derecho básico al consumo de agua de calidad. Por ello, solicitó el acompañamiento de sus pares para avanzar en la aprobación de la iniciativa.
Proyecto de Comunicación
