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La provincia presentó su harina agroecológica

Harina agroecológica Santa Fe

Los siete agricultores de Chabás, Arteaga y Zavalla que la elaboraron forman parte del Programa Provincial de Producción Sustentable de Alimentos en Periurbanos (PSAP) del Ministerio de la Producción de Santa Fe. La harina obtenida “es de muy alta calidad y tiene un gluten de excelencia con humedad y  elasticidad ideales”. El producto posee la diferenciación “Ecológica” a través de la marca provincial “De Mi Tierra Santa Fe”.

Rentable, de excelente calidad, sin agroquímicos y con precios muy competitivos para el consumidor. Todos esos atributos tiene la harina agroecológica elaborada por un grupo de productores del sur de Santa Fe que fue presentada en sociedad esta semana primero en la Fespal de Chabás y luego en el Mercado del Patio de Rosario. Los productores participan del Programa Provincial de Producción Sustentable de Alimentos en Periurbanos (PSAP) del ministerio de la Producción, que busca reconvertir las franjas de suelos linderas a los pueblos donde no se puede fumigar en zonas de cultivos extensivos que queden fuera del paradigma de producción químico dependiente. Una iniciativa que además de ofrecer alimentos sanos reduce los conflictos entre chacareros y vecinos por las aplicaciones, una tensión social muy presente en los pueblos rurales de la Pampa agroindustrial.

En esta primera cosecha se recolectaron 300 toneladas, de las cuales 50 se molieron para fabricar harina de trigo ecológica del tipo 000 y 0000 en la Cooperativa Agropecuaria de Armstrong, nucleada en la Federación de Cooperativas Federadas Limitada (Fecofe). Fueron siete agricultores de Chabás, Arteaga y Zavalla los que incursionaron en su primera experiencia en agricultura ecológica.

Desde la Provincia explicaron que la harina obtenida “es de muy alta calidad y tiene un gluten de excelencia con humedad y  elasticidad ideales”. El producto posee la diferenciación “Ecológica” a través de la marca provincial “De Mi Tierra Santa Fe”, que garantiza que todo el proceso productivo fue supervisado en las etapas de cultivo, cosecha, ensilado, molienda y envasado.

Cambiar el chip cultural

Hacer producción agroecológica extensiva es rentable, posible y necesario. Así lo explicó el ingeniero agrónomo Santiago Cerili, para quien es tiempo de “romper las barreras culturales” y convencer a propios y extraños que se puede producir de forma extensiva sin usar agroquímicos. “Es rentable, no está subsidiado, es más barato para los productores y tiene múltiples ventajas ecosistémicas ya que es sano para el suelo, no contamina y reduce o elimina los conflictos entre productores y vecinos por las fumigaciones” sintetizó.

Cerili desmontó la idea de que los productos ecológicos son más caros para los consumidores, una idea extendida que muchas veces no tiene nada de real. Para eso explicó que en el caso de la harina agroecológica todos los eslabones de la cadena salen ganando: el productor recibe 11,5 pesos por kilo de trigo contra 8,3 para el cereal convencional; el molino 18 contra 15 convencional; y el consumidor compra el kilo de harina agroecológica a entre 30 y 40 pesos el kilo, igual o un poco más barato que la harina común.

Además agregó que esta rentabilidad no se logró con subsidios, sino bajando costos y maximizando ganancias reorganizando el proceso de comercialización. Todo acompañado con mejoras ecosistémicas a nivel de cuidado del suelo y de la salud del ambiente y de las personas.

En primera persona

Sebastián Borroni es uno de los productores que se sumó al programa estatal. Después de dos décadas de hacer soja tras soja en un campo de 20 hectáreas que tiene su familia en la zona de Arteaga, decidió probar con un cultivo de trigo ecológico. Una experiencia que lo dejó muy satisfecho tanto desde lo económico como desde el rol social que los productores de alimentos tienen ante la comunidad de la que forman parte. “Demostró ser una alternativa posible y rentable para los productores”, afirmó.

“Al no tener que comprar agroquímicos bajé un 75% los costos con un rinde que fue igual al promedio. Esto significa que la rentabilidad del cultivo fue muy buena, con un menor riesgo” dijo, para agregar que abandonar el paradigma químico-dependiente “no es poco” ya que como habitante del pueblo “le permitió alejar las fumigaciones de las zonas habitadas”. También pidió que se revea la actual ley provincial de fitosanitarios “para que las aplicaciones se alejen lo máximo posible de los pueblos”.

Además de los productores, otro de los actores involucrados en este inédito proceso de elaborar harina agroecológica a gran escala es el molino que tiene la Cooperativa Agropecuaria de Armstrong, nucleada en la Federación de Cooperativas Federadas Limitada (Fecofe). Desde esa entidad aseguraron que la harina “tiene una calidad formidable” y celebraron que sea el estado el que ayude a encontrar una alternativa a la soja.

Fuente: Dos Ambientes / Jorgelina Hiba

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